LLEGADA a FRANKFURT

llegué el 30 de Abril como a las 2 y enseguida siguiendo al bulto de gente encontré mi maleta con pegatina fosforecente de foco, y pasé la aduana alemana, o lo que fuera. Compré mi ticket del tren hasta Colonia a 1 hora de Frankfurt, pues allí me iban a esperar, y la joven de la terminal que vendía los boletos me preguntó algo en alemán, y por la cara que le abré puesto, dijo Oh My God, me viró la pantalla de la pc y vi el precio del ticket, valla que la que tenía que decir oh dios!! era yo pues costaba 60 euros. Pero bueno, cojí el tren y me senté al lado de un señor alemán que hablaba inglés y me fue de guía por la ventanilla, muy agradable. Me bajé en mi parada e igual atras del bulto hasta que salí de la estación con vista a la catedral de Colonia, muy linda y según dicen fue la única cosa que quedó en pie después de la segunda guerra mundial en Colonia. Llamé a la profe que me iba a recoger y a la hora llegó a buscarme desde su trabajo en la misma universidad donde pasaré los cursos de Diseño.
Fuimos a su casa, dejé la maleta que ni rodaba, parece que las rueditas estaban miedosas del suelo limpiecito de Alemania, me bañé y Brigitte la profe me invitó a comer fuera, cerca de ahi ya como a las 10pm. Bueno pedí unas pastas por si acaso, que es mejor bueno conocido que malo por conocer y les agregué pa pobrar una salsa de champiñones y carnita de cerdo picadita, ah y claro par de cervecitas, que aunque el vino acá también es muy consumido la cerveza va más con Cuba y conmigo.

Bueno todo perfecto, conversamos un rato (ella habla español muy bien), y como a las 12 y media nos fuimos.
Y claro a esa hora a la cama.